7. Entonces hirió a Job con llagas malignas, desde la planta del pie hasta la cabeza.
8. Job, sentado en el polvo, se rascaba con una tejuela.
9. Su mujer le dijo:—¿Todavía persistes en tu honradez? Maldice a Dios y muérete.
10. Job contestó:—Hablas como una insensata. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?A pesar de lo ocurrido, Job no pecó con sus labios.