2. El profeta Jeremías se la comunicó a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, en estos términos:
3. —Desde el año décimo tercero de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta el día de hoy (veintitrés años en total) he recibido la palabra del Señor y se la he comunicado a ustedes día tras día, pero no han escuchado.
4. También el Señor les ha enviado puntualmente a sus siervos los profetas, pero ustedes no escucharon ni se esforzaron por escuchar.
5. Les decían: «Si cada cual abandona su mala conducta y sus malas acciones, volverá a la tierra que el Señor les dio a ustedes y a sus antepasados, desde siempre y para siempre.
6. No vayan detrás de dioses extranjeros, sirviéndolos y adorándolos, y no me irriten con sus obras; así tampoco los trataré mal».
7. Pero, para su desgracia, no me escucharon —oráculo del Señor— y siguieron irritándome con sus obras.