4. —Toma el cinturón que has comprado y que llevas puesto; vete al Éufrates y cuando llegues, lo escondes en el hueco de una roca.
5. Yo fui y lo escondí en el Éufrates, conforme me había ordenado el Señor.
6. Después de cierto tiempo me dijo el Señor:—Vete al Éufrates y cuando llegues, recoge el cinturón que te ordené esconder allí.
7. Fui al Éufrates, excavé en el sitio donde lo había escondido y recogí el cinturón. Y resulta que estaba podrido; no servía para nada.
8. Entonces me llegó la palabra del Señor en estos términos:
9. —Así dice el Señor: Del mismo modo dejaré que se pudra el orgullo de Judá y el desmedido orgullo de Jerusalén.
10. Este pueblo canalla que se niega a escuchar mis palabras, que sigue la maldad de su mente retorcida, que va tras dioses extraños dándoles culto y adorándolos, acabará como este cinturón que no sirve para nada.
11. Pues lo mismo que el cinturón se ajusta a la cintura del hombre, así hice yo que Israel y Judá se ajustaran a mí —oráculo del Señor—, de modo que fueran mi pueblo y mi renombre, mi gloria y mi honor. Pero no me escucharon.
12. Les dirás estas palabras:—Así dice el Señor, Dios de Israel: Las cántaras se llenan de vino.Te contestarán:—¿Te crees que no sabemos que las cántaras se llenan de vino?
13. Tú insistirás:—Así dice el Señor: Voy a dejar completamente borrachos a todos los habitantes de esta tierra, a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén.
14. Haré que se destrocen entre sí, los padres con los hijos —oráculo del Señor—. No pienso conmoverme; ni piedad ni compasión impedirán que los destruya.
15. Escuchen y presten atenciónsin orgullo, que habla el Señor.
16. Honren al Señor, su Dios,antes de que irrumpa la oscuridad;antes de que tropiecen sus piespor los montes, a la hora del crepúsculo;antes de que la luz que esperanse convierta en sombras mortales,se transforme en densa oscuridad.
17. Pero si no escuchan, lloraréen secreto su arrogancia;mis ojos llorarán cuando se llevendeportado al rebaño del Señor.
18. Di al rey y a la reina madre:Tomen asiento en el suelo,que ha caído de sus cabezasla corona de su dignidad.