5. Siéntate en silencio, entre tinieblas,capital de los caldeos,que no volverán a llamarte«señora de los reinos».
6. Me irrité contra mi puebloy profané mi heredad:en tus manos la entregué,la trataste sin piedad;sometiste al ancianocruelmente a tu yugo.
7. Creías que ibas a serseñora para siempre;pero no pensaste en esto,no sospechaste el final.
8. Pues ahora escucha, lasciva,tú que vives confiada,que dices en tu interior:«Yo sola y ninguno más;ni viuda voy a vivirni me quedaré sin hijos».