La Palabra Versión Hispanoamericana

Hechos 4:1-17 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

1. Aún estaban Pedro y Juan hablando al pueblo, cuando se presentaron allí los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos.

2. Estaban contrariados, porque los apóstoles seguían instruyendo al pueblo y proclamaban que la resurrección de entre los muertos se había realizado ya en la persona de Jesús.

3. Así que los detuvieron y, en vista de que era ya tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente.

4. Pero muchos de los que habían escuchado el discurso de Pedro abrazaron la fe, por lo que el número de creyentes varones alcanzó la cifra de unos cinco mil.

5. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén las autoridades, los ancianos y los maestros de la ley.

6. Estaban presentes Anás, que era sumo sacerdote, Caifás*, Juan, Alejandro y todos los miembros de la clase sacerdotal dirigente.

7. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan, y les preguntaron:—¿Con qué poder y en nombre de quién han hecho esto?

8. Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió:—Jefes del pueblo y ancianos:

9. hoy ha sido curado un enfermo, y se nos pregunta quién lo ha curado.

10. Pues bien, han de saber, tanto ustedes como todo el pueblo israelita, que este hombre se encuentra ahora sano ante sus ojos gracias a Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios ha resucitado.

11. Él es la piedra rechazada por ustedes los constructores, pero que ha resultado ser la piedra principal.

12. Ningún otro puede salvarnos*, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido autor de nuestra salvación.

13. Cuando vieron la seguridad con que se expresaban Pedro y Juan, que eran hombres sin cultura y sin instrucción, no salían de su asombro. Por una parte, no podían menos de reconocer que Pedro y Juan habían sido compañeros de Jesús;

14. por otra, allí estaba de pie, junto a ellos, el hombre que había sido curado. Así que, no sabiendo cómo replicarles,

15. les ordenaron salir de la sala del Consejo y se pusieron a deliberar entre ellos:

16. —¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Está claro para todos los habitantes de Jerusalén que, efectivamente, se ha realizado un milagro manifiesto por mediación de ellos; es algo que no podemos negar.

17. Sin embargo, para evitar que esto siga propagándose entre el pueblo, vamos a advertirles, bajo amenaza, que no hablen más a nadie de tal individuo.