La Palabra Versión Hispanoamericana

Hechos 10:25-36 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

25. Cuando llegó Pedro, salió a recibirlo y se postró a sus pies en actitud de adoración.

26. —Ponte de pie —le dijo Pedro mientras lo ayudaba a levantarse—, pues también yo soy simplemente un hombre.

27. Entraron en la casa conversando y Pedro dijo a las numerosas personas que encontró reunidas allí:

28. —Como saben, a un judío le está prohibido relacionarse con extranjeros o entrar en sus casas. Pero Dios me ha hecho comprender que a nadie debo considerar profano o impuro.

29. Por eso, no tuve inconveniente en venir cuando ustedes me llamaron. Deseo saber por qué razón me han hecho venir.

30. Entonces Cornelio respondió:—Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo aquí en mi casa* ocupado en la oración de la tarde, cuando, de pronto, se presentó ante mí un hombre vestido con una túnica resplandeciente.

31. Me dijo: «Cornelio, Dios ha escuchado tu oración y ha tenido en cuenta tu generosidad con los pobres.

32. Por tanto, envía a alguien a Jope para que haga venir a Simón, a quien se conoce también como Pedro; se hospeda en casa de otro Simón, un curtidor que vive junto al mar».

33. De modo que mandé enseguida a buscarte, y tú te has dignado venir. Aquí, pues, nos tienes a todos, en presencia de Dios, dispuestos a escuchar todo cuanto el Señor te haya encargado decirnos.

34. Pedro tomó entonces la palabra y se expresó en estos términos:—Ahora comprendo verdaderamente que para Dios no existen favoritismos.

35. Toda persona, sea de la nación que sea, si es fiel a Dios y se porta rectamente, goza de su estima.

36. Fue Dios quien dirigió su mensaje a los israelitas y les anunció la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.