La Palabra Versión Hispanoamericana

Hebreos 7:23-28 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

23. Por otra parte, los sacerdotes levíticos fueron muchos, ya que la muerte les impedía prolongar su ministerio.

24. Jesús, en cambio, permanece para siempre; su sacerdocio es eterno.

25. Puede, por tanto, salvar de forma definitiva a quienes por medio de él se acercan a Dios, pues está siempre vivo para interceder por ellos.

26. Un sumo sacerdote así era el que nosotros necesitábamos: santo, inocente, incontaminado, sin connivencia con los pecadores y encumbrado hasta lo más alto de los cielos.

27. No como los demás sumos sacerdotes que necesitan ofrecer sacrificios a diario, primero por sus propios pecados y después por los del pueblo. Jesús lo hizo una vez por todas ofreciéndose a sí mismo.

28. La ley de Moisés, en efecto, constituye sumos sacerdotes a personas frágiles, mientras que la palabra de Dios, confirmada con juramento y posterior a la ley, constituye al Hijo sacerdote perfecto para siempre.