7. Por eso, como dice el Espíritu Santo: Cuando hoy escuchen la voz del Señor,
8. no cierren herméticamente el corazón, como hicieron los que se rebelaron en el desierto el día de la prueba .
9. Allí fue donde los antepasados de ustedes intentaron ponerme a prueba a pesar de haber experimentado mis maravillas
10. durante cuarenta años. Por eso me indigné contra aquella gente y exclamé: «Tienen siempre el corazón extraviado y nunca han seguido mis caminos».
11. No entrarán, pues, en mi descanso, tal como lo juré lleno de enojo.
12. Procuren, hermanos, que ninguno de ustedes tenga un corazón incrédulo y perverso que lo aparte del Dios viviente.