La Palabra Versión Hispanoamericana

Hebreos 12:6-18 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

6. pues el Señor corrige a quien ama y castiga a quien reconoce como hijo.

7. Acepten ustedes la corrección, que es señal de que Dios los trata como a hijos. ¿Hay, en efecto, algún padre que no corrija a su hijo?

8. Pero si quedan privados de la corrección que todos reciben, es que son bastardos y no hijos legítimos.

9. Además, si en la tierra hemos tenido unos padres que nos han corregido y, sin embargo, los hemos respetado, ¿no deberemos, con mucha más razón, someternos al Padre sobrenatural si queremos tener vida?

10. Aquellos, en efecto, nos educaban según sus criterios para una vida corta; este, en cambio, nos educa para algo provechoso, a saber, para que participemos de su propia santidad.

11. Ninguna corrección resulta placentera cuando se recibe; al contrario, es desagradable. Mas a la postre, a quienes se sirven de ella para ejercitarse, les reporta frutos de paz y rectitud.

12. Así pues, ármense de valor y no se dejen vencer por el cansancio,

13. y encaminen sus pasos por senderos llanos para que el pie cojo no sufra una nueva torcedura, sino que pueda, más bien, sanar.

14. Procuren estar en paz con todos y llevar una vida de consagrados; sin ello nadie verá al Señor.

15. Manténganse vigilantes para que nadie quede privado de la gracia de Dios; para que ninguna planta dañina, capaz de perturbar y emponzoñar a toda una multitud, crezca entre ustedes;

16. para que nadie viva entregado a la lujuria o a una conducta irreligiosa como Esaú, que, por un solo plato de comida, cedió sus derechos de primogénito.

17. Más tarde, como saben, quiso recibir en herencia la bendición, pero en vano; aunque lo suplicó entre lágrimas, ya no pudo cambiar lo que había hecho.

18. Ustedes no se han acercado a una montaña de esta tierra. No han tenido que enfrentarse a un fuego ardiente, a las oscuras tinieblas o al fragor de la tormenta;