La Palabra Versión Hispanoamericana

Génesis 43:5-22 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

5. pero si no lo dejas venir, no iremos. Aquel hombre fue tajante: «Si no traen a su hermano menor, no los recibiré».

6. Entonces Israel replicó:—¿Por qué me han hecho esto, diciendo a aquel hombre que tenían otro hermano?

7. Ellos respondieron:—Porque aquel hombre nos hacía muchas preguntas sobre nosotros y nuestra familia. Nos preguntaba si vivía nuestro padre, si teníamos algún otro hermano; nosotros no tuvimos más remedio que responder a sus preguntas. ¿Cómo íbamos a saber que nos mandaría llevar a nuestro hermano menor?

8. Y Judá dijo a su padre Israel:—Deja que el muchacho venga bajo mi cuidado y pongámonos inmediatamente en marcha; solo así nosotros, tú y nuestros hijos podremos sobrevivir y no moriremos.

9. Yo me hago responsable de él; a mí me pedirás cuentas de lo que le pase. Si no te lo devuelvo sano y salvo, yo seré el culpable ante ti para siempre.

10. Si no hubiéramos titubeado tanto, ya estaríamos de vuelta por segunda vez.

11. Entonces Israel, su padre, les dijo:—Pues si no hay más remedio, hagan lo siguiente: metan en sus costales regalos para aquel hombre de lo mejor que produce esta tierra: un poco de bálsamo, un poco de miel, perfume, mirra, nueces y almendras.

12. Lleven también el doble de dinero, para devolver el que les pusieron en la boca de los costales, quizás por descuido.

13. Así que tomen a su hermano y vayan de nuevo a ver a aquel hombre.

14. Que el Dios todopoderoso* haga que se apiade de ustedes y los permita regresar con su otro hermano y con Benjamín. Y si yo tengo que verme privado de mis hijos, pues que así sea.

15. Ellos tomaron los regalos junto con el doble de dinero y emprendieron el camino llevando consigo a Benjamín. Llegados a Egipto, se presentaron ante José.

16. Cuando José vio que Benjamín estaba con ellos, dijo a su mayordomo:—Lleva a estos hombres a mi casa. Manda matar un animal y que lo guisen, porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.

17. El mayordomo cumplió la orden y los llevó personalmente a casa de José.

18. Ellos, al ver que los llevaban a casa de José, se asustaron, pues pensaban:—Nos han traído aquí a causa del dinero que devolvieron en nuestros costales la vez pasada. Esto es un pretexto para acusarnos, condenarnos, hacernos esclavos y quedarse con nuestros asnos.

19. Así que, al llegar a la puerta de la casa, se acercaron al mayordomo para hablar con él,

20. y le dijeron:—Escucha, señor, la otra vez vinimos verdaderamente para comprar alimento,

21. pero a nuestro regreso, cuando acampamos para pasar la noche, descubrimos que en la boca de cada uno de nuestros costales estaba el dinero que habíamos pagado, la cantidad exacta. Ahora lo hemos traído para devolverlo;

22. y también hemos traído dinero para comprar más alimento. De veras que no sabemos quién pudo poner el dinero en nuestros costales.