20. Se hartarán en mi mesa de caballos, jinetes, oficiales y soldados. —Oráculo del Señor Dios—.
21. Manifestaré mi gloria entre las naciones; todas las naciones serán testigos del juicio que voy a celebrar, cuando descargue mi mano sobre ellos.
22. Y, a partir de aquel día, Israel reconocerá que yo soy el Señor su Dios.
23. Y las naciones reconocerán que Israel padeció el destierro a causa de sus pecados, pues me fueron infieles. Tuve que privarlos de mi presencia y los entregué en manos de sus enemigos: todos cayeron víctimas de la espada.
24. Los traté como merecían su conducta inmoral y sus rebeldías: tuve que privarlos de mi presencia.