La Palabra Versión Hispanoamericana

Ezequiel 16:4-14 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

4. El día de tu nacimiento no te cortaron el cordón umbilical, no fuiste lavada, no fuiste frotada con sal ni envuelta en pañales.

5. Nadie se compadeció de ti ni, movido por la piedad, te hizo nada de eso, sino que fuiste arrojada en el campo el día de tu nacimiento, pues dabas asco.

6. Pero pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre; entonces te dije: Vive

7. y desarróllate como los brotes del campo. Efectivamente, te desarrollaste, creciste y te llegó el tiempo de la menstruación. Tus pechos* se afianzaron y te brotó el vello púbico, pero seguías desnuda del todo.

8. Pasé junto a ti y, al verte, me di cuenta que te había llegado el tiempo del amor. Extendí entonces mi manto y cubrí tu desnudez, e hice alianza contigo bajo juramento —oráculo del Señor Dios—. Así fuiste mía.

9. Te lavé, te limpié la sangre que llevabas encima y te perfumé.

10. Después te vestí con ropa recamada, te puse sandalias de cuero fino, un ceñidor de lino y un manto de seda.

11. Te cubrí de joyas, te puse pulseras en las muñecas y una gargantilla en el cuello.

12. Te puse un arete en la nariz y pendientes en las orejas, y una espléndida corona en la cabeza.

13. Ibas enjoyada de oro y plata, vestida de lino, seda y ropa recamada; te alimentabas de flor de harina, miel y aceite. Te hiciste sumamente hermosa, digna de ser una reina.

14. Tu fama se extendió por otros países, pues era perfecta tu hermosura, el esplendor con que yo te había dotado —oráculo del Señor Dios—.