16. Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste tiendas de colores para instalarlas en los santuarios de los altos, y te prostituiste en ellas.
17. Tomaste los adornos que te hermoseaban, hechos con el oro y la plata que yo te había regalado, y te fabricaste ídolos para prostituirte con ellos.
18. Los cubriste con tus vestidos recamados y les ofreciste el aceite y el incienso que yo te había dado.
19. También les ofreciste, como ofrenda aromática, el pan que yo te había dado y la flor de harina, el aceite y la miel con que yo te había alimentado —oráculo del Señor Dios—.
20. Tomaste a tus hijos e hijas, que me habías dado a luz, y se los ofreciste en sacrificio como alimento. Y como te parecía poco tu conducta de prostituta,
21. degollaste a mis hijos y se los ofreciste para que fueran pasados por el fuego.
22. Con todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de cuando eras una niña y estabas desnuda del todo, de cuando te revolcabas en tu sangre.
23. Y aparte de todas estas infamias ¡ay de ti! —oráculo del Señor Dios—,
24. te construiste un prostíbulo y en todas las plazas te hiciste un altar.