La Palabra Versión Hispanoamericana

2 Reyes 23:11-30 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

11. Retiró los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del Templo, junto a la habitación del eunuco Natanmélec, en los anejos del Templo, y quemó los carros del sol.

12. Josías demolió los altares que los reyes de Judá habían construido en la azotea de la sala de Ajab y los altares construidos por Manasés en los dos patios del Templo, los pulverizó y arrojó el polvo en el torrente Cedrón.

13. Profanó también los santuarios que había frente a Jerusalén, al sur del monte de los Olivos, construidos por Salomón, el rey de Israel, en honor de Astarté, diosa despreciable de los fenicios, en honor de Quemós, dios despreciable de Moab, y de Malcón, dios despreciable de los amonitas.

14. Trituró las estatuas, derribó los postes sagrados y rellenó sus huecos con huesos humanos.

15. También derribó el altar de Betel y el santuario construido por Jeroboán, el hijo de Nabat, con el que hizo pecar a Israel; quemó el santuario hasta reducirlo a cenizas y quemó igualmente el poste sagrado.

16. Josías giró el rostro y al ver los sepulcros que había en el monte, mandó recoger los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar, para profanarlo, cumpliendo así la palabra del Señor proclamada por el hombre de Dios que predijo estos hechos.

17. Luego preguntó:—¿Qué monumento es ese que veo?La gente de la ciudad le respondió:—Es la sepultura del hombre de Dios que vino de Judá y profetizó todo lo que acabas de hacer contra el altar de Betel.

18. Entonces Josías ordenó:—Déjenlo. Que nadie toque sus huesos.—Y así se respetaron sus huesos junto con los del profeta que había venido de Samaría.

19. Josías eliminó también todas las construcciones de los santuarios locales construidos por los reyes de Israel en las ciudades de Samaría para provocar la indignación del Señor e hizo con ellos lo mismo que había hecho en Betel.

20. Luego degolló sobre los altares a todos los sacerdotes de los santuarios que había allí, quemó sobre ellos huesos humanos y regresó a Jerusalén.

21. Entonces el rey ordenó a todo el pueblo:—Celebren la Pascua en honor del Señor, su Dios, según está escrito en este Libro de la Alianza.

22. No se había celebrado una Pascua como esta desde la época en que los jueces gobernaban a Israel, ni durante el período de los reyes de Israel y de Judá.

23. Esta Pascua en honor del Señor se celebró en Jerusalén el año décimo octavo del reinado de Josías.

24. Finalmente, Josías eliminó también a los brujos y adivinos, así como los dioses familiares, los ídolos y todas las aberraciones religiosas que encontró en el territorio de Judá y en Jerusalén, cumpliendo así las cláusulas de la ley escritas en el libro que el sacerdote Jilquías había encontrado en el Templo.

25. Ni antes ni después de Josías hubo un rey como él, que se convirtiera al Señor de todo corazón y con toda el alma, totalmente de acuerdo con la ley de Moisés.

26. Sin embargo, el Señor no aplacó su terrible cólera contra Judá, causada por la indignación que le había provocado Manasés.

27. El Señor dijo:—Expulsaré de mi presencia también a Judá, como expulsé a Israel, y rechazaré a Jerusalén, mi ciudad preferida, y al Templo en el que quise que residiera mi nombre.

28. El resto de la historia de Josías y todo cuanto hizo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá.

29. Durante su reinado, el faraón Necó, rey de Egipto, subió para ayudar al rey de Asiria junto al río Éufrates, y Josías le salió al paso. Pero cuando se encontraron en Meguido, Necó lo mató.

30. Sus oficiales trasladaron su cadáver en un carro y desde Meguido lo llevaron a Jerusalén, donde lo enterraron en su sepultura. Entonces el pueblo tomó a Joacaz, el hijo de Josías, y lo consagró rey en lugar de su padre.