La Palabra Versión Hispanoamericana

1 Samuel 23:3-20 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

3. Pero sus hombres le dijeron:—Mira, si aquí en Judá vivimos atemorizados, cuánto más si vamos a Queilá a luchar contra las huestes filisteas.

4. David volvió a consultar al Señor, y el Señor le respondió:—Marcha hacia Queilá, porque voy a poner a los filisteos en tus manos.

5. Entonces David y sus hombres marcharon hacia Queilá, atacaron a los filisteos, les infligieron una dura derrota y se llevaron sus ganados. Así salvó David a los habitantes de Queilá.

6. Mientras tanto Abiatar, el hijo de Ajimélec, había huido refugiándose junto a David en Queilá y llevando consigo el efod.

7. Informaron a Saúl de que David había ido a Queilá y dijo:—Dios lo ha puesto en mis manos, pues al meterse en una ciudad con puertas y cerrojos ha quedado encerrado.

8. Entonces Saúl movilizó a toda la gente a la lucha para bajar a Queilá y sitiar a David y a sus hombres.

9. Cuando David se enteró de que Saúl tramaba su desgracia, ordenó al sacerdote Abiatar:—Tráete el efod.

10. Y David dijo:—Señor, Dios de Israel, tu siervo ha oído que Saúl se propone venir a Queilá y destruir la ciudad por mi causa.

11. ¿Me entregarán en su poder los nobles de la ciudad? ¿Bajará Saúl como tu siervo ha oído? Señor, Dios de Israel, responde a tu siervo.El Señor respondió:—Sí, bajará.

12. David insistió:—¿Nos entregarán los nobles de Queilá a mí y a mis hombres en poder de Saúl?Y el Señor respondió:—Sí, les entregarán a ustedes.

13. Entonces David y sus hombres, unos seiscientos, partieron de Queilá y anduvieron errantes y sin rumbo. Se enteró Saúl de que David había escapado de Queilá y suspendió la expedición.

14. David se estableció en los refugios del desierto y vivió en los montes del desierto de Zif. Durante todo ese tiempo Saúl lo estuvo buscando, pero Dios lo libró de sus manos.

15. David estaba atemorizado, porque Saúl había salido para matarlo, mientras se encontraba en Jorés, en el desierto de Zif.

16. Jonatán, el hijo de Saúl, se puso en camino hacia Jorés para ver a David. Allí lo reanimó en nombre de Dios

17. diciéndole:—No temas, porque la mano de mi padre Saúl no te alcanzará. Tú serás rey de Israel y yo seré tu segundo. Eso lo sabe hasta mi padre.

18. Luego los dos sellaron un pacto ante el Señor. David se quedó en Jorés y Jonatán volvió a su casa.

19. Gentes de Zif subieron a Guibeá a informar a Saúl:—David está escondido entre nosotros, en los refugios de Jorés, en la colina de Jaquilá, al sur del desierto.

20. Así que, majestad, puedes bajar cuando quieras, que nosotros lo entregaremos en poder del rey.