La Palabra Versión Hispanoamericana

1 Reyes 12:16-33 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

16. Cuando todos los israelitas vieron que el rey no les hacía caso, le replicaron diciendo:—¡No tenemos nada que ver con David, ni repartimos herencia con el hijo de Jesé*! ¡A tus tiendas, Israel! Y que ahora David se preocupe de su casa.Y los israelitas marcharon a sus casas.

17. Roboán siguió reinando sobre los israelitas que residían en las ciudades de Judá.

18. El rey Roboán envió a Adonirán, jefe de los trabajos forzados, pero los israelitas lo apedrearon hasta matarlo; entonces el rey Roboán tuvo que apresurarse a subir en su carro para huir a Jerusalén.

19. Así fue como Israel se rebeló contra la dinastía de David hasta el día de hoy.

20. Cuando los israelitas se enteraron del regreso de Jeroboán, mandaron a llamarlo ante la asamblea y lo proclamaron rey sobre todo Israel. Y solo la tribu de Judá siguió fiel a la dinastía de David.

21. Cuando Roboán llegó a Jerusalén, reunió a ciento ochenta mil guerreros escogidos de toda la casa de Judá y de la tribu de Benjamín, para atacar a la casa de Israel y devolver el reino a Roboán, hijo de Salomón.

22. Pero Dios dirigió este mensaje al profeta Semaías:

23. —Di a Roboán, hijo de Salomón y rey de Judá, a toda la casa de Judá y Benjamín y al resto del pueblo:

24. «Esto dice el Señor: No vayan a luchar contra sus hermanos, los israelitas; que todos vuelvan a sus casas, pues esto ha sucedido por voluntad mía».Ellos obedecieron la palabra del Señor y suspendieron el ataque, como el Señor les había ordenado.

25. Jeroboán fortificó Siquén, en la montaña de Efraín, y se estableció allí. Luego salió de Siquén y fortificó Penuel.

26. Entonces Jeroboán pensó: «El reino podría volver a la dinastía de Judá.

27. Si esta gente sube a Jerusalén a ofrecer sacrificios en el Templo del Señor, su corazón se volverá hacia su señor Roboán, el rey de Judá; luego me matarán a mí y regresarán con Roboán, el rey de Judá».

28. Así que el rey pidió consejo y mandó hacer dos becerros de oro*. Después dijo a los israelitas:—Ya no tienen que ir más a Jerusalén. ¡Israel, aquí tienes a tu Dios, el que te sacó de Egipto!

29. Y colocó un becerro en Betel y otro en Dan.

30. Esto se convirtió en ocasión de pecado, pues la gente iba hasta Betel y Dan para adorarlos.

31. Construyó también santuarios en los montes y nombró sacerdotes a gentes del pueblo que no eran de la tribu de Leví.

32. Declaró festivo el día quince del mes octavo, imitando la fiesta que se celebraba en Judá, y subió al altar que había erigido en Betel a ofrecer sacrificios a los ídolos que había mandado hacer. Estableció en Betel a los sacerdotes de los santuarios que había construido.

33. Subió al altar que había erigido en Betel el día quince del mes octavo, un mes elegido a su gusto. Instituyó una fiesta para los israelitas y subió al altar a quemar incienso.