16. Pero si es por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar ese nombre.
17. Porque ha llegado el tiempo del juicio, que ha de comenzar por el mismo pueblo de Dios. Y si comienza por nosotros, ¿qué pueden esperar los que se niegan a aceptar el evangelio de Dios?
18. Pues si el bueno a duras penas se salva, ¿qué suerte correrán el impío y el pecador?