37. Quien presuma de recibir mensajes de parte de Dios o de ser persona animada por el Espíritu, deberá reconocer que esto que les escribo es mandato del Señor.
38. Y si no lo reconoce, que no se haga ilusiones de ser él reconocido.
39. En una palabra, hermanos: ambicionen el don de comunicar mensajes de parte Dios, aunque sin cerrar el paso a quienes hablan un lenguaje misterioso.
40. En cualquier caso, háganlo todo de forma conveniente y ordenada.