17. Tú eres su fuerza asombrosa, su fortaleza viene de ti.
18. SEÑOR, tú eres nuestro escudo. Nuestro Rey es el Santísimo de Israel.
19. Les dijiste a tus seguidores en una visión: «Yo elegí a un valiente de entre la multitud y lo hice importante.
20. Encontré a mi siervo David y lo ungí con mi aceite sagrado.
21. Mi mano lo apoya, y lo fortalezco con mi brazo poderoso.
22. El enemigo no vencerá al rey elegido; los perversos no podrán derrotarlo.
23. Ante sus ojos destruiré a sus enemigos; acabaré con los que lo odian.