8. No nos castigues por los pecados de nuestros antepasados. Muéstranos tu compasión rápidamente, porque estamos muy abatidos.
9. ¡Dios y Salvador nuestro, ayúdanos! Por el prestigio de tu nombre, sálvanos; por tu propio honor borra nuestros pecados.
10. No dejes que otros pueblos nos digan: «¿Dónde está su Dios?» Queremos ver cómo castigas a los que derraman la sangre de tus siervos.
11. Escucha el lamento de los prisioneros. Muestra todo tu poder y salva a los condenados a muerte.
12. Señor, haz que la vergüenza que ellos nos hicieron pasar recaiga sobre ellos siete veces peor.
13. Nosotros somos tu pueblo, las ovejas de tu prado, y por siempre te alabaremos. De generación en generación te cantaremos alabanzas.