1. ¡Dios mío, sálvame, que me llega el agua al cuello!
2. Me estoy hundiendo en el lodo y no tengo de dónde agarrarme. Estoy en un mar de aguas profundas, y la corriente me está arrastrando.
3. Estoy cansado de tanto llamarte; mi garganta está seca de tanto gritar; mis ojos están cansados de tanto buscar a mi Dios.