1. SEÑOR, a ti entrego mi alma.
2. Dios mío, en ti confío, por eso nunca seré humillado, y mis enemigos nunca me vencerán.
3. Quien crea en ti nunca será derrotado; pero en cambio, los traidores serán derrotados y quedarán con las manos vacías.
4. SEÑOR, enséñame a vivir a tu manera. Muéstrame el camino que tú seguirías.
5. Guíame y enséñame tu verdad, porque tú eres mi Salvador y en ti pongo siempre toda mi esperanza.