La Biblia: La Palabra de Dios para Todos

Salmos 119:50-67 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

50. Tu promesa es mi consuelo cuando sufro; tu palabra me devuelve la vida.

51. La gente que se cree mejor que yo, se burla de mí todo el tiempo, pero yo nunca me alejo de tus enseñanzas.

52. SEÑOR, siempre recuerdo tus órdenes antiguas y ellas me dan consuelo.

53. Me indigno cuando veo a los perversos que se apartan de tus enseñanzas.

54. Tus mandatos son fuente de fortaleza para mí, dondequiera que esté.

55. SEÑOR, recuerdo tu nombre por la noche y sigo tus enseñanzas durante el día.

56. Esto es lo que yo hago: sigo cuidadosamente tus instrucciones.

57. SEÑOR, dedico mi vida entera a obedecer tus mandatos.

58. Deseo servirte con toda mi alma, así que sé bueno conmigo como lo prometiste.

59. Examiné cuidadosamente mi vida y decidí regresar a ti y seguir tus enseñanzas.

60. Me di prisa, no me tardé, a obedecer tus mandamientos.

61. Aunque los perversos me tienen rodeado, yo no he olvidado tus enseñanzas.

62. En medio de la noche me despierto y me levanto para agradecerte por tus justas órdenes.

63. Soy compañero de todos los que te respetan, de todos los que obedecen tus instrucciones.

64. SEÑOR, tú llenas toda la tierra de tu fiel amor; enséñame tus mandatos.

65. SEÑOR, tú has sido muy bueno conmigo, tu siervo; has cumplido todo lo que prometiste.

66. Dame la sabiduría y el conocimiento que necesito, porque confío en tus mandamientos.

67. Antes yo no andaba en tu camino y sufría mucho, pero ahora cumplo fielmente tu palabra.