10. Hija de Sion, estremécete y gime como si estuvieras dando a luz, porque vas a salir de la ciudad y tendrás que vivir en el campo. Irás a Babilonia, pero de allí serás rescatada. El SEÑOR te librará de las garras de tus enemigos.
11. Muchas naciones se han unido en tu contra. Dicen: «¡Que sea profanada, disfrutemos viendo la derrota de Sion!»
12. Pero esas naciones no conocen los pensamientos del SEÑOR ni captan su plan; porque él las juntará como se juntan los manojos de espigas en el lugar donde se trilla el grano.