La Biblia: La Palabra de Dios para Todos

Juan 9:23-41 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

23. Por eso sus padres dijeron: «Pregúntenle a él, ya está grande y puede hablar por sí mismo».

24. Después, los líderes judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: —Da honra a Dios y di la verdad. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.

25. Entonces él respondió: —Yo no sé si es un pecador o no. Lo que sí sé es que yo era ciego y ahora puedo ver.

26. Le preguntaron entonces: —¿Qué te hizo él? ¿Cómo te dio la vista?

27. Él les respondió: —Ya les dije, pero ustedes no lo quieren aceptar. ¿Por qué lo quieren oír otra vez? ¿Es que también quieren hacerse sus seguidores?

28. Entonces lo insultaron y le dijeron: —Tú eres su seguidor, pero nosotros seguimos a Moisés.

29. Sabemos que Dios le habló a Moisés, pero no sabemos ni de dónde viene ese hombre.

30. El hombre les contestó: —¡Eso sí que está raro! Ustedes no saben de dónde salió él, y a mí me dio la vista.

31. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino que escucha a los que lo adoran y hacen lo que él quiere.

32. Nunca hemos escuchado que alguien le dé la vista a un hombre que nació ciego.

33. Si este hombre no viniera de Dios, no hubiera podido hacer nada.

34. Ellos le contestaron: —Tú has sido pecador desde que naciste, ¿y estás tratando de enseñarnos? Entonces lo expulsaron de la sinagoga.

35. Jesús oyó que lo habían expulsado, así que cuando lo encontró, le dijo: —¿Tú crees en el Hijo del hombre?

36. El hombre le contestó: —Señor, ¿y quién es él? Dímelo para que así yo crea en él.

37. Jesús le dijo: —Tú ya lo has visto. Ese soy yo, con quien estás hablando.

38. El hombre se arrodilló delante de él y le dijo: —Creo, Señor.

39. Entonces Jesús dijo: —He venido para que se haga justicia, para que los ciegos vean y para que los que ven, se queden ciegos.

40. Algunos fariseos estaban con él, oyeron esto y le dijeron: —¿Qué estás diciendo? ¿Que nosotros también somos ciegos?

41. Jesús les dijo: —Si ustedes realmente fueran ciegos, no serían culpables de su pecado. Pero como dicen que pueden ver, siguen siendo culpables.