22. Cuando dijo esto, uno de los guardias del templo que estaba parado cerca de Jesús le dio una bofetada y le dijo: —¿Cómo te atreves a responderle así al sumo sacerdote?
23. Jesús le contestó. —Si dije algo malo, diles a todos qué fue lo malo que dije, pero si lo que dije es cierto, ¿por qué me pegas?
24. Después Anás envió a Jesús atado a donde estaba Caifás, el sumo sacerdote.
25. Simón Pedro estaba de pie calentándose, y le preguntaron: —¿No eres tú uno de los seguidores de ese hombre? Pero él lo negó diciendo: —¡No, yo no!
26. Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era familiar del hombre al que Pedro le había cortado una oreja, dijo: —Yo te vi en el huerto con él, ¿o no?
27. Entonces Pedro lo negó otra vez, y en ese momento cantó el gallo.