La Biblia: La Palabra de Dios para Todos

Génesis 3:9-23 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

9. El SEÑOR Dios llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás?

10. El hombre le respondió: —Escuché que andabas por el jardín y me asusté porque estaba desnudo, entonces me escondí.

11. Luego Dios le preguntó: —¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que les prohibí comer?

12. El hombre dijo: —La mujer que me diste por compañera me dio fruto de ese árbol, y yo comí.

13. Luego el SEÑOR Dios le preguntó a la mujer: —¿Conque esas tenemos? Y la mujer respondió: —La serpiente me engañó y yo comí.

14. Entonces el SEÑOR Dios le dijo a la serpiente: —Por haber hecho esto, serás maldita entre todos los animales. Tendrás que arrastrarte sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida.

15. Haré que tú y la mujer sean enemigas y que tu descendencia sea enemiga de la de ella. La descendencia de ella buscará aplastarte la cabeza mientras tú le tratarás de picar en el talón.

16. Después Dios le dijo a la mujer: —Te daré más trabajo y multiplicaré tus embarazos; y con todo y tu duro trabajo, tendrás también que dar a luz a los hijos. Desearás estar con tu marido, pero él te dominará a ti.

17. Luego Dios le dijo al hombre: —Ya que tú obedeciste a tu mujer y comiste del árbol que yo te había prohibido, la tierra estará maldita por tu culpa. Tendrás que conseguir la comida por medio de duro trabajo, durante todos los días de tu vida.

18. Del suelo nacerán cardos y espinas para ti. Y tendrás que comer plantas del campo.

19. Obtendrás tu comida con el sudor de tu frente hasta que mueras y regreses al polvo, porque tú saliste de allí. Polvo eres y en polvo te convertirás.

20. El hombre le puso a su mujer el nombre «Eva», ya que ella se convertiría en madre de todos los seres humanos.

21. El SEÑOR Dios hizo con pieles de animales ropa para el hombre y su mujer, y los vistió.

22. Luego el SEÑOR Dios dijo: «Miren, el hombre y la mujer se han convertido en seres como nosotros, pues saben reconocer el bien y el mal. Ahora tienen a su alcance los frutos del árbol de la vida, para comerlos y vivir para siempre».

23. Entonces el SEÑOR Dios los sacó del jardín del Edén a trabajar la tierra, de la cual el ser humano estaba hecho.