1. ¡Ay de la rebelde y contaminada, la ciudad opresora!
2. No escuchó la voz, ni aceptó la corrección. No confió en el Señor, ni se acercó a su Dios.
3. Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, sus jueces, lobos al anochecer; no dejan nada para la mañana.
4. Sus profetas son temerarios, hombres pérfidos; sus sacerdotes han profanado el santuario, han violado la ley.
5. El Señor es justo en medio de ella; no cometerá injusticia. Cada mañana saca a luz su juicio, nunca falta; pero el injusto no conoce la vergüenza.