38. Mas El, siendo compasivo, perdonaba sus iniquidades y no los destruía; muchas veces contuvo su ira, y no despertó todo su furor.
39. Se acordaba de que ellos eran carne, un soplo que pasa y no vuelve.
40. ¡Cuántas veces se rebelaron contra El en el desierto, y le entristecieron en las soledades!
41. Tentaron a Dios una y otra vez, y afligieron al Santo de Israel.
42. No se acordaron de su poder, del día en que los redimió del adversario,