9. Mudo me he quedado, no abro la boca, porque tú eres el que ha obrado.
10. Quita de mí tu plaga; por la dureza de tu mano estoy pereciendo.
11. Con castigos corriges al hombre por su iniquidad; como la polilla, consumes lo que es más precioso para él; ciertamente, todo hombre es sólo un soplo. (Selah)
12. Escucha mi oración, oh Señor, y presta oído a mi clamor; no guardes silencio ante mis lágrimas; porque extranjero soy junto a ti, peregrino, como todos mis padres.
13. Aparta de mí tu mirada, para poder alegrarme, antes de que me vaya de aquí , y ya no exista.