14. Ahora, mira, me voy a mi pueblo; pero ven, y te advertiré lo que este pueblo hará a tu pueblo en los días venideros.
15. Y comenzando su profecía, dijo: Oráculo de Balaam, hijo de Beor, y oráculo del hombre de ojos abiertos.
16. Oráculo del que escucha las palabras de Dios, y conoce la sabiduría del Altísimo; del que ve la visión del Todopoderoso, caído, pero con los ojos descubiertos.
17. Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca; una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel que aplastará la frente de Moab y derrumbará a todos los hijos de Set.
18. Edom será una posesión, también será una posesión Seir, su enemigo; mientras que Israel se conducirá con valor.
19. De Jacob saldrá el que tendrá dominio, y destruirá al remanente de la ciudad.
20. Al ver a Amalec, continuó su profecía, y dijo: Amalec fue la primera de las naciones, pero su fin será destrucción.
21. Después vio al ceneo, y continuó su profecía, y dijo: Perdurable es tu morada, y en la peña está puesto tu nido.
22. No obstante, el ceneo será consumido; ¿hasta cuándo te tendrá cautivo Asiria?
23. Y continuando su profecía, dijo: ¡Ay! ¿Quién puede vivir, si Dios no lo ha ordenado?
24. Pero las naves vendrán de la costa de Quitim, y afligirán a Asiria y afligirán a Heber; pero él también perecerá para siempre.
25. Entonces se levantó Balaam y se marchó, y volvió a su lugar; también Balac se fue por su camino.