Números

  1. 1
  2. 2
  3. 3
  4. 4
  5. 5
  6. 6
  7. 7
  8. 8
  9. 9
  10. 10
  11. 11
  12. 12
  13. 13
  14. 14
  15. 15
  16. 16
  17. 17
  18. 18
  19. 19
  20. 20
  21. 21
  22. 22
  23. 23
  24. 24
  25. 25
  26. 26
  27. 27
  28. 28
  29. 29
  30. 30
  31. 31
  32. 32
  33. 33
  34. 34
  35. 35
  36. 36

La Biblia De Las Americas

Números 17 La Biblia De Las Americas (LBLA)

1. Entonces habló el Señor a Moisés, diciendo:

2. Habla a los hijos de Israel y toma de ellos una vara por cada una de las casas paternas: doce varas de todos los jefes conforme a sus casas paternas. Y escribirás el nombre de cada uno en su vara,

3. y escribirás el nombre de Aarón en la vara de Leví; porque hay una vara para cada jefe de sus casas paternas.

4. Y las pondrás en la tienda de reunión delante del testimonio donde me encuentro contigo.

5. Y acontecerá que la vara del hombre que yo escoja, retoñará. Así disminuiré de sobre mí las quejas de los hijos de Israel que murmuran contra vosotros.

6. Habló, pues, Moisés a los hijos de Israel, y todos los jefes de ellos le dieron varas, una por cada jefe según sus casas paternas; doce varas, con la vara de Aarón entre sus varas.

7. Y Moisés colocó las varas en la tienda del testimonio delante del Señor.

8. Y aconteció que el día siguiente, Moisés entró en la tienda del testimonio, y he aquí, la vara de Aarón de la casa de Leví había retoñado y echado botones, y había producido flores, y almendras maduras.

9. Moisés entonces sacó todas las varas de la presencia del Señor y las llevó a los hijos de Israel; y ellos las miraron y cada uno tomó su vara.

10. Pero el Señor dijo a Moisés: Vuelve a poner la vara de Aarón delante del testimonio para guardarla por señal a los rebeldes, para que hagas cesar sus murmuraciones contra mí, y no mueran.

11. Así lo hizo Moisés; como el Señor le había ordenado, así lo hizo.

12. Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí, perecemos, estamos perdidos; todos nosotros estamos perdidos.

13. Cualquiera que se acerca al tabernáculo del Señor, muere. ¿Hemos de perecer todos?