La Biblia De Las Americas

Nehemías 9:8-19 La Biblia De Las Americas (LBLA)

8. Hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste con él un pacto para darle la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia. Y has cumplido tu palabra, porque eres justo.

9. Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y escuchaste su clamor junto al mar Rojo.

10. Entonces hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra; pues supiste que ellos los trataban con soberbia, y te hiciste un nombre como el de hoy.

11. Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio del mar sobre tierra firme; y echaste en los abismos a sus perseguidores, como a una piedra en aguas turbulentas.

12. Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino en que debían andar.

13. Luego bajaste sobre el monte Sinaí, y desde el cielo hablaste con ellos; les diste ordenanzas justas y leyes verdaderas, estatutos y mandamientos buenos.

14. Les hiciste conocer tu santo día de reposo, y les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley por medio de tu siervo Moisés.

15. Les proveíste pan del cielo para su hambre, les sacaste agua de la peña para su sed, y les dijiste que entraran a poseer la tierra que tú habías jurado darles.

16. Pero ellos, nuestros padres, obraron con soberbia, endurecieron su cerviz y no escucharon tus mandamientos.

17. Rehusaron escuchar, y no se acordaron de las maravillas que hiciste entre ellos; endurecieron su cerviz y eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto. Pero tú eres un Dios de perdón, clemente y compasivo, lento para la ira y abundante en misericordia, y no los abandonaste.

18. Ni siquiera cuando se hicieron un becerro de metal fundido y dijeron: "Este es tu Dios que te sacó de Egipto", y cometieron grandes blasfemias,

19. tú, en tu gran compasión, no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no los dejó de día, para guiarlos en el camino, ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde debían andar.