26. Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: "Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré."
27. Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda.
28. Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y echándole mano, lo ahogaba, diciendo: "Paga lo que debes."
29. Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo y te pagaré."
30. Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
31. Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido.
32. Entonces, llamándolo su señor, le dijo: "Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste.
33. "¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?"
34. Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía.