24. Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa, no quería que nadie lo supiera, pero no pudo pasar inadvertido;
25. sino que enseguida, al oír hablar de El, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a sus pies.
26. La mujer era gentil, sirofenicia de nacimiento; y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio.
27. Y El le decía: Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
28. Pero ella respondió y le dijo: Es cierto, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos.
29. Y El le dijo: Por esta respuesta, vete; el demonio ha salido de tu hija.
30. Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada en la cama, y que el demonio había salido.
31. Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis.
32. Y le trajeron a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron que pusiera la mano sobre él.