47. Al anochecer, la barca estaba en medio del mar, y El estaba solo en tierra.
48. Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia de la noche, fue hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarles de largo.
49. Pero cuando ellos le vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar;
50. porque todos le vieron y se turbaron. Pero enseguida El habló con ellos y les dijo: ¡Tened ánimo; soy yo, no temáis!
51. Y subió con ellos a la barca, y el viento se calmó; y ellos estaban asombrados en gran manera,
52. porque no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada.