La Biblia De Las Americas

Lucas 7:7-23 La Biblia De Las Americas (LBLA)

7. por eso ni siquiera me consideré digno de ir a ti, tan sólo di la palabra y mi siervo será sanado.

8. Pues yo también soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: "Ve", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.

9. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la multitud que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado una fe tan grande.

10. Y cuando los que habían sido enviados regresaron a la casa, encontraron sano al siervo.

11. Aconteció poco después que Jesús fue a una ciudad llamada Naín; y sus discípulos iban con El acompañados por una gran multitud.

12. Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, he aquí, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella.

13. Al verla, el Señor tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores.

14. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y Jesús dijo: Joven, a ti te digo: ¡Levántate!

15. El que había muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.

16. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros, y: Dios ha visitado a su pueblo.

17. Y este dicho que se decía de El, se divulgó por toda Judea y por toda la región circunvecina.

18. Entonces los discípulos de Juan le informaron de todas estas cosas.

19. Y llamando Juan a dos de sus discípulos, los envió al Señor, diciendo: ¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?

20. Cuando los hombres llegaron a El, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: "¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?"

21. En esa misma hora curó a muchos de enfermedades y aflicciones, y malos espíritus, y a muchos ciegos les dio la vista.

22. Y respondiendo El, les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos reciben la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio.

23. Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí.