24. Se suscitó también entre ellos un altercado, sobre cuál de ellos debería ser considerado como el mayor.
25. Y Jesús les dijo: Los reyes de los gentiles se enseñorean de ellos; y los que tienen autoridad sobre ellos son llamados bienhechores.
26. Pero no es así con vosotros; antes, el mayor entre vosotros hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve.
27. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No lo es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, entre vosotros yo soy como el que sirve.
28. Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas;
29. y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo
30. que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
31. Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo;
32. pero yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos.
33. Y Pedro le dijo: Señor, estoy dispuesto a ir contigo tanto a la cárcel como a la muerte.
34. Pero Jesús le dijo: Te digo, Pedro, que el gallo no cantará hoy hasta que tú hayas negado tres veces que me conoces.
35. Y les dijo: Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalias, ¿acaso os faltó algo? Y ellos contestaron: No, nada.
36. Entonces les dijo: Pero ahora, el que tenga una bolsa, que la lleve consigo, de la misma manera también una alforja, y el que no tenga espada, venda su manto y compre una.
37. Porque os digo que es necesario que en mí se cumpla esto que está escrito: "Y con los transgresores fue contado"; pues ciertamente, lo que se refiere a mí, tiene su cumplimiento.
38. Y ellos dijeron: Señor, mira, aquí hay dos espadas. Y El les dijo: Es suficiente.
39. Y saliendo, se encaminó, como de costumbre, hacia el monte de los Olivos; y los discípulos también le siguieron.
40. Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación.
41. Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba,