La Biblia De Las Americas

Lucas 14:10-29 La Biblia De Las Americas (LBLA)

10. Sino que cuando seas invitado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó, te diga: "Amigo, ven más adelante"; entonces serás honrado delante de todos los que se sientan a la mesa contigo.

11. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille será ensalzado.

12. Y dijo también al que le había convidado: Cuando ofrezcas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos, no sea que ellos a su vez también te conviden y tengas ya tu recompensa.

13. Antes bien, cuando ofrezcas un banquete, llama a pobres, mancos, cojos, ciegos,

14. y serás bienaventurado, ya que ellos no tienen para recompensarte; pues tú serás recompensado en la resurrección de los justos.

15. Cuando uno de los que estaban sentados con El a la mesa oyó esto, le dijo: ¡Bienaventurado todo el que coma pan en el reino de Dios!

16. Pero El le dijo: Cierto hombre dio una gran cena, e invitó a muchos;

17. y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los que habían sido invitados: "Venid, porque ya todo está preparado."

18. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero le dijo: "He comprado un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses."

19. Y otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos; te ruego que me excuses."

20. También otro dijo: "Me he casado, y por eso no puedo ir."

21. Cuando el siervo regresó, informó de todo esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: "Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos."

22. Y el siervo dijo: "Señor, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar."

23. Entonces el señor dijo al siervo: "Sal a los caminos y por los cercados, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa.

24. "Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados probará mi cena."

25. Grandes multitudes le acompañaban; y El, volviéndose, les dijo:

26. Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo.

27. El que no carga su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

28. Porque, ¿quién de vosotros, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla?

29. No sea que cuando haya echado los cimientos y no pueda terminar, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él,