37. Dichosos aquellos siervos a quienes el señor, al venir, halle velando; en verdad os digo que se ceñirá para servir , y los sentará a la mesa, y acercándose, les servirá.
38. Y ya sea que venga en la segunda vigilia, o aun en la tercera, y los halla así, dichosos son aquellos siervos.
39. Podéis estar seguros de que si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora iba a venir el ladrón, no hubiera permitido que entrara en su casa.
40. Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis.
41. Entonces Pedro dijo: Señor, ¿nos dices esta parábola a nosotros, o también a todos los demás ?
42. Y el Señor dijo: ¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien su señor pondrá sobre sus siervos para que a su tiempo les dé sus raciones?
43. Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así.