1. En estas circunstancias, cuando una multitud de miles y miles se había reunido, tanto que se atropellaban unos a otros, Jesús comenzó a decir primeramente a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
2. Y nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse.
3. Por lo cual, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz, y lo que habéis susurrado en las habitaciones interiores, será proclamado desde las azoteas.
4. Y yo os digo, amigos míos: no temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no tienen nada más que puedan hacer.