La Biblia De Las Americas

Jeremías 50:15-27 La Biblia De Las Americas (LBLA)

15. Alzad grito de guerra contra ella en derredor. Se ha rendido, caen sus columnas, son derribadas sus murallas. Porque esta es la venganza del Señor: tomad venganza de ella; como ella ha hecho, así haced con ella.

16. Exterminad de Babilonia al sembrador y al que maneja la hoz en tiempo de la siega; ante la espada opresora, cada uno volverá a su pueblo, cada uno huirá a su tierra.

17. Rebaño descarriado es Israel; los leones lo han ahuyentado. Primero lo devoró el rey de Asiria, y después Nabucodonosor, rey de Babilonia, quebró sus huesos.

18. Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: "He aquí, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.

19. "Y volveré a traer a Israel a su pastizal, y pacerá en el Carmelo y en Basán, y se saciarán sus deseos en la región montañosa de Efraín y en Galaad.

20. "En aquellos días y en aquel tiempo"--declara el Señor-- "se buscará la iniquidad de Israel, pero no habrá ninguna, y los pecados de Judá, pero no se hallarán; porque perdonaré a los que yo haya dejado como remanente."

21. Sube contra la tierra de Merataim, contra ella y contra los habitantes de Pecod. Mátalos y destrúyelos--declara el Señor-- y haz conforme a todo lo que te he ordenado.

22. ¡Estruendo de guerra en el país, y gran destrucción!

23. ¡Cómo ha sido cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones!

24. Babilonia, te puse lazo, y fuiste atrapada, y tú no te diste cuenta; has sido sorprendida y apresada porque te pusiste a provocar al Señor.

25. El Señor ha abierto su arsenal y ha sacado las armas de su indignación, porque esta es obra del Señor, Dios de los ejércitos, en la tierra de los caldeos.

26. Venid contra ella desde los últimos confines; abrid sus graneros, convertidla en montones y destruidla por completo; que no le quede nada.

27. Pasad a espada todos sus novillos; que desciendan al matadero. ¡Ay de ellos, porque ha llegado su día, la hora de su castigo!