4. Pues bien, todos los judíos conocen mi vida desde mi juventud, que desde el principio transcurrió entre los de mi pueblo y en Jerusalén;
5. puesto que ellos han sabido de mí desde hace mucho tiempo, si están dispuestos a testificar, que viví como fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de nuestra religión.
6. Y ahora soy sometido a juicio por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres: