La Biblia De Las Americas

Ezequiel 8:4-18 La Biblia De Las Americas (LBLA)

4. Y he aquí, la gloria del Dios de Israel estaba allí, como la visión que yo había visto en la llanura.

5. Y El me dijo: Hijo de hombre, levanta ahora tus ojos hacia el norte. Y levanté mis ojos hacia el norte, y he aquí, al norte de la puerta del altar, estaba el ídolo de los celos a la entrada.

6. Entonces me dijo: Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos, las grandes abominaciones que comete aquí la casa de Israel para que me aleje de mi santuario? Pero aún verás mayores abominaciones.

7. Después me llevó a la entrada del atrio, y cuando miré, he aquí, había un agujero en el muro.

8. Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en el muro. Cavé en el muro, y he aquí una entrada.

9. Entonces me dijo: Entra y ve las perversas abominaciones que ellos cometen aquí.

10. Entré, pues, y miré; y he aquí, había toda clase de reptiles y bestias y cosas abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel estaban grabados en el muro por todo alrededor.

11. Y de pie frente a ellos, estaban setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías, hijo de Safán, de pie entre ellos, cada uno con su incensario en la mano; y el aroma de la nube de incienso subía.

12. Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su cámara de imágenes grabadas? Porque ellos dicen: "El Señor no nos ve; el Señor ha abandonado la tierra."

13. Y me dijo: Aún verás que cometen mayores abominaciones.

14. Entonces me llevó a la entrada de la puerta de la casa del Señor que está al norte; y he aquí, había allí mujeres sentadas llorando a Tamuz.

15. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Aún verás mayores abominaciones que éstas.

16. Entonces me llevó al atrio interior de la casa del Señor. Y he aquí, a la entrada del templo del Señor, entre el pórtico y el altar, había unos veinticinco hombres de espaldas al templo del Señor y de cara al oriente, y se postraban hacia el oriente, hacia el sol.

17. Y El me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? ¿Le parece poco a la casa de Judá cometer las abominaciones que aquí han cometido, que han llenado la tierra de violencia y me han provocado repetidas veces? Porque he aquí, se llevan el ramo a la nariz.

18. Por tanto, yo ciertamente obraré con furor. Mi ojo no tendrá piedad, ni yo perdonaré; y aunque griten a mis oídos con gran voz, no los escucharé.