9. Y proclamaron en Judá y en Jerusalén que trajeran al Señor la contribución que Moisés, siervo de Dios, impuso sobre Israel en el desierto.
10. Todos los oficiales y todo el pueblo se regocijaron y trajeron sus contribuciones y las echaron en el cofre hasta llenarlo.
11. Y sucedía que siempre que el cofre era traído al oficial del rey por los levitas, y cuando veían que había mucho dinero, entonces el escriba del rey y el oficial del sumo sacerdote venían, vaciaban el cofre, lo tomaban y lo volvían a su lugar. Así hacían diariamente y recogían mucho dinero.
12. Y el rey y Joiada lo daban a los que hacían la obra del servicio de la casa del Señor; y contrataron canteros y carpinteros para reparar la casa del Señor, y también artífices en hierro y bronce para reparar la casa del Señor.
13. Los obreros trabajaron, y el trabajo de reparación progresó en sus manos, y restauraron la casa de Dios conforme a sus planos y la reforzaron.
14. Cuando terminaron, trajeron el resto del dinero delante del rey y de Joiada; y lo convirtieron en utensilios para la casa del Señor, utensilios para el ministerio y para el holocausto, y recipientes y utensilios de oro y de plata. Y todos los días de Joiada ofrecieron holocaustos en la casa del Señor continuamente.
15. Envejeció Joiada y a una edad muy avanzada murió; tenía ciento treinta años cuando murió.
16. Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes, porque había hecho bien en Israel, y a Dios y a su templo.
17. Pero después de la muerte de Joiada vinieron los oficiales de Judá y se inclinaron ante el rey, y el rey los escuchó.
18. Y abandonaron la casa del Señor, el Dios de sus padres, y sirvieron a las Aseras y a los ídolos; entonces vino la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén a causa de esta culpa suya.
19. No obstante, El les envió profetas para hacerlos volver al Señor; y aunque éstos dieron testimonio contra ellos, ellos no escucharon.
20. Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joiada; y él se puso en pie, en un lugar más alto que el pueblo, y les dijo: Así ha dicho Dios: "¿Por qué quebrantáis los mandamientos del Señor y no prosperáis? Por haber abandonado al Señor, El también os ha abandonado."
21. Mas ellos conspiraron contra él, y por orden del rey lo mataron a pedradas en el atrio de la casa del Señor.
22. No se acordó el rey Joás de la bondad que Joiada, padre de Zacarías, le había mostrado, sino que asesinó a su hijo. Y éste al morir dijo: Que lo vea el Señor y tome venganza.
23. Y aconteció que a la vuelta del año, el ejército de los arameos subió contra Joás; y vinieron a Judá y a Jerusalén, destruyeron de entre la población a todos los oficiales del pueblo, y enviaron todo el botín al rey de Damasco.
24. Ciertamente, el ejército de los arameos vino con pocos hombres; sin embargo, el Señor entregó a un ejército muy grande en sus manos, porque habían abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así ejecutaron juicio contra Joás.
25. Y cuando ellos se alejaron de él (dejándolo muy herido), sus mismos siervos conspiraron contra él a causa de la sangre del hijo del sacerdote Joiada, y lo mataron en su cama. Y murió, y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no lo sepultaron en los sepulcros de los reyes.