17. y a Jacobo hijo de Zebedeo y a Juan, hermano de Jacobo; y los apellidó Boanerges, es decir, Hijos del trueno;
18. y a Andrés, y a Felipe, y a Bartolomé, y a Mateo, y a Tomás, y a Jacobo hijo de Alfeo, y a Tadeo, y a Simón, el cananita,
19. y a Judas Iscariote, el que le entregó. Y entraron en una casa.
20. Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni siquiera podían comer pan.
21. Y cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle, porque decían: Está fuera de sí.
22. Y los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
23. Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
24. Y si algún reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.
25. Y si alguna casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
26. Y si Satanás se levanta contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.
27. Nadie puede saquear las alhajas de un hombre fuerte, entrando en su casa, si antes no le ata; entonces saqueará su casa.
28. De cierto os digo que todos los pecados les serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias con que blasfemen;
29. pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que está expuesto a juicio eterno.