17. Y le vistieron de púrpura y, poniéndole una corona tejida de espinas,
18. comenzaron a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos!
19. Y le golpeaban la cabeza con una caña, y le escupían y, puestos de rodillas, le hacían reverencias.
20. Y después de haberle escarnecido, le quitaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos y le sacaron para crucificarle.
21. Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz.
22. Y le llevaron al lugar llamado Gólgota, que interpretado quiere decir: Lugar de la Calavera.
23. Y le dieron de beber vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó.
24. Y cuando le hubieron crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno.
25. Y era la hora tercera cuando le crucificaron.
26. Y el título escrito de su acusación era: El Rey de los judíos.
27. Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
28. Así se cumplió la Escritura que dice: Y con los inicuos fue contado.
29. Y los que pasaban le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Ah!, tú que derribas el templo de Dios y en tres días lo reedificas,
30. sálvate a ti mismo y desciende de la cruz.
31. Y de esta manera también los principales sacerdotes, burlándose, se decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, pero a sí mismo no puede salvarse.
32. ¡El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos! También los que estaban crucificados con él le insultaban.
33. Y cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
34. Y a la hora novena, exclamó Jesús a gran voz, diciendo: ¡Eloi, Eloi!, ¿lama sabactani?, que interpretado quiere decir: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?
35. Y al oírle algunos de los que estaban allí, decían: He aquí, llama a Elías.
36. Y corrió uno y, empapando una esponja en vinagre, la puso en una caña y le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle.