70. como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio:
71. Salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos aborrecieron,
72. para hacer misericordia con nuestros padres y acordarse de su santo convenio;
73. del juramento que juró a Abraham, nuestro padre, que nos había de conceder,
74. que sin temor, librados de nuestros enemigos, le serviríamos
75. en santidad y en justicia delante de él todos nuestros días.
76. Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado, porque irás delante de la faz del Señor para preparar sus caminos,
77. para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para remisión de sus pecados,
78. por la tierna misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora,
79. para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para encaminar nuestros pies por camino de paz.
80. Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día en que se mostró a Israel.