4. como era yo en los días de mi juventud, cuando el secreto de Dios estaba sobre mi tienda;
5. cuando el Omnipotente aún estaba conmigo, y mis hijos alrededor de mí;
6. cuando lavaba yo mis pasos con cuajada, y la piedra me derramaba ríos de aceite!
7. Cuando yo salía a la puerta de la ciudad, y en la plaza hacía preparar mi asiento,
8. los jóvenes me veían y se escondían; y los ancianos se levantaban y permanecían de pie.
9. Los príncipes detenían sus palabras y ponían la mano sobre su boca;
10. la voz de los principales se apagaba, y su lengua se pegaba a su paladar.
11. Cuando los oídos que me oían me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían daban testimonio de mí,
12. porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano y al que carecía de ayudador.
13. La bendición del que iba a perecer venía sobre mí, y al corazón de la viuda yo daba alegría.
14. Me vestía de rectitud, y ella me cubría; como manto y turbante era mi juicio.
15. Yo era ojos para el ciego y pies para el cojo.