5. Miradme, y espantaos y poned la mano sobre vuestra boca.
6. Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me espanto, y el temblor se apodera de mi carne.
7. ¿Por qué viven los malvados y envejecen, y aun crecen en riquezas?
8. Su descendencia se afianza delante de ellos; y sus vástagos, delante de sus ojos.
9. Sus casas están a salvo de temor; y no está la vara de Dios sobre ellos.
10. Sus toros engendran y no fallan; paren sus vacas y no pierden su cría.
11. Envían fuera a sus pequeñuelos como rebaño, y sus hijos andan saltando.
12. El tamboril y la cítara llevan y se regocijan al son de la flauta.
13. Pasan sus días en prosperidad, y en un instante descienden al Seol.